Así lo dejó claro este lunes en una entrevista concedida a la Cadena Cope.
A renglón seguido, el jugador insistió en que su futuro no dependerá de lo que le pague el Real Madrid o cualquier otro club. A estas alturas de su carrera, lo realmente importante son los intangibles del fútbol.
"Para mi el dinero no es lo más importante. Si fuera por dinero, podría tener el doble de dinero que tengo en mi cuenta. Mucha gente piensa que el futbolista piensa sólo en el dinero y no es así. Cuando tenía 18 años podía pensarlo, pero ahora no me hace falta gracias a Dios", ratificó.
Desde el club blanco saben bien de lo que habla CR7. La oferta del Manchester City no ha llegado todavía al Santiago Bernabéu, pero en el Real Madrid tienen claro que el jeque dueño del club inglés sí que maneja realizarla. Los 23 millones que le daría al luso harían que cualquier jugador meditase marcharse. No Cristiano.
En el City no hay garantía de títulos. Eso es lo que quiere el portugués: ganar más entorchados después de que en dos años en el Real Madrid sólo se haya ganado una Copa. El delantero llegó a la capital de España después de haber jugado dos finales de Champions consecutiva, ganar una y llevarse buena parte de las Ligas y Copas de la Premier. Mucho título para tan poco rédito logrado en Chamartín.
Si los blancos plantan cara al Barça la próxima campaña y logran alguno de los dos títulos fuertes de la temporada (Liga o Copa de Europa) Cristiano se quedará en Madrid los tres años de contrato que le restan e incluso meditará renovar por los blancos.
Él se siente más que satisfecho con el trato recibido, pero no todo en la vida de un futbolista son palmadas en la espalda. A sus 26 años, enfila su último tramo deportivo (entre cinco y siete temporadas más al máximo nivel) y quedarse más años sin lograr campeonatos es un lujo que un ganador nato como él no puede permitirse.
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