Una verdadera fiesta se vivió ayer en el Coloso del Parque. Bajo el lema Solidaridad Sin Fronteras, la propuesta encabezada por Maximiliano Rodríguez y Javier Zanetti fue todo un éxito: estadio lleno, jugadores de primer nivel, un día espectacular y Lionel Messi. El mejor del mundo volvió a pisar la cancha de Newell’s después de dos años (aquella vez, también en el marco de la misma iniciativa), tuvo un reconocimiento especial y deleitó al público con dos goles, el segundo, y con una definición exquisita.
El 8 a 6 con el que los Amigos de Maxi vencieron a los Amigos de Pupi fue anecdótico. En el fondo había una causa mayor, ayudar a distintas organizaciones sociales cuyos objetivos se relacionan con los derechos de la infancia, justo en el Día Internacional de la Lucha Contra el Trabajo Infantil. Por eso, las 35 mil personas que se acercaron (mayormente en familia), disfrutaron a pleno de un encuentro distendido que acercó nuevamente los ídolos a la ciudad.
De un lado, vestidos de celeste y blanco, salieron a la cancha, liderados por Pupi, los siguientes jugadores: Goycochea; Trotta, Tissone y Moner; Vella, Demichelis y Jonás Gutiérrez; Lavezzi, Messi y Solari. Del otro lado, el equipo de la Fiera, formó con: Peratta; Scaloni, Ponzio y Schiavi, Emiliano Insúa; Banega, Bernardi; Manso; Quintana y el actor Pablo Granados. Sentados en los bancos, Sensini y Giusti, respectivamente. Para impartir justicia, el ya retirado árbitro Angel Sánchez.
Desde el momento en que los equipos salieron al campo, Lionel Messi fue el más buscado por los flashes de los hinchas y de los reporteros gráficos. La estrella de Barcelona deleitó con sus toques de calidad y recibió aplausos cada vez que se encontró con la pelota. Los dos goles los marcó a favor del equipo de Pupi, para el que jugó el primer tiempo y luego abandonó para pasar al de Maxi. Cuando iban 7 minutos, una infracción sobre el Indiecito Solari terminó en el penal que La Pulga cambió por gol y le dedicó a los hinchas que se ubicaron en la tribuna Diego Maradona que coreó su nombre segundos antes de la conversión. La gran definición de Leo llegó dos minutos más tarde, cuando entrando por izquierda superó a los defensores y la empaló por encima de Peratta. No había mucho más que decir, la llegada ya estaba justificada.
Después, hubo tiempo para que Pablo Granados arrancara sonrisas con acciones insólitas, para que los chicos con capacidades especiales de la Fundación Cecilia Bacigalupo hicieran su participación con goles en el partido y para que otros nombres (entre ellos Coria, Gancedo, Formica, entre otros) saltaran a la cancha.
Unos 15' antes que concluyera el partido llegó el cambio para que Lionel Messi dejara la cancha ovacionado. Ese fue el momento cumbre de una jornada de fútbol distinta. Pero que hizo muy bien.
El 8 a 6 con el que los Amigos de Maxi vencieron a los Amigos de Pupi fue anecdótico. En el fondo había una causa mayor, ayudar a distintas organizaciones sociales cuyos objetivos se relacionan con los derechos de la infancia, justo en el Día Internacional de la Lucha Contra el Trabajo Infantil. Por eso, las 35 mil personas que se acercaron (mayormente en familia), disfrutaron a pleno de un encuentro distendido que acercó nuevamente los ídolos a la ciudad.
De un lado, vestidos de celeste y blanco, salieron a la cancha, liderados por Pupi, los siguientes jugadores: Goycochea; Trotta, Tissone y Moner; Vella, Demichelis y Jonás Gutiérrez; Lavezzi, Messi y Solari. Del otro lado, el equipo de la Fiera, formó con: Peratta; Scaloni, Ponzio y Schiavi, Emiliano Insúa; Banega, Bernardi; Manso; Quintana y el actor Pablo Granados. Sentados en los bancos, Sensini y Giusti, respectivamente. Para impartir justicia, el ya retirado árbitro Angel Sánchez.
Desde el momento en que los equipos salieron al campo, Lionel Messi fue el más buscado por los flashes de los hinchas y de los reporteros gráficos. La estrella de Barcelona deleitó con sus toques de calidad y recibió aplausos cada vez que se encontró con la pelota. Los dos goles los marcó a favor del equipo de Pupi, para el que jugó el primer tiempo y luego abandonó para pasar al de Maxi. Cuando iban 7 minutos, una infracción sobre el Indiecito Solari terminó en el penal que La Pulga cambió por gol y le dedicó a los hinchas que se ubicaron en la tribuna Diego Maradona que coreó su nombre segundos antes de la conversión. La gran definición de Leo llegó dos minutos más tarde, cuando entrando por izquierda superó a los defensores y la empaló por encima de Peratta. No había mucho más que decir, la llegada ya estaba justificada.
Después, hubo tiempo para que Pablo Granados arrancara sonrisas con acciones insólitas, para que los chicos con capacidades especiales de la Fundación Cecilia Bacigalupo hicieran su participación con goles en el partido y para que otros nombres (entre ellos Coria, Gancedo, Formica, entre otros) saltaran a la cancha.
Unos 15' antes que concluyera el partido llegó el cambio para que Lionel Messi dejara la cancha ovacionado. Ese fue el momento cumbre de una jornada de fútbol distinta. Pero que hizo muy bien.
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